Escribe y quema. Como un barco, ahoga las palabras en tu boca.
Escupe las ansias, los llantos, los gritos, los amores.
Quema las hojas. Quémate el cuerpo, las fotos, los ojos, la esperanza.
Recito el discurso, las maldiciones, mis conjuros de bruja,
de mujer pagana, de hechicera, de loca, de hiena herida.
Camino en círculos por la sala y el pasillo, invento deseos,
maldigo las horas, los días, los años. Maldigo tus manos
y tu boca en mueca de odio, tu boca sonriendo, tu boca besando.
Agoto la rabia sobre el papel, sobre el teclado, sobre el asfalto.
Nada alcanza, tu ausencia sigue asfixiándolo todo
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